¿Corticoides o Medicina regenerativa? Descubre la mejor opción para el dolor articular y de espalda
El dolor crónico en las articulaciones y la espalda es una de las principales causas de malestar y discapacidad en la vida diaria. Durante años, los corticoides han sido el tratamiento estándar debido a su capacidad para reducir rápidamente la inflamación. Sin embargo, este alivio a menudo es temporal y puede venir acompañado de efectos secundarios que complican el bienestar a largo plazo. En cambio, la Medicina regenerativa, que incluye tratamientos como el plasma rico en plaquetas (PRP) y las células madre, ofrece una alternativa que no solo calma el dolor, sino que también ayuda a reparar y regenerar los tejidos dañados.
Indicaciones específicas para el uso de corticoides
Los corticoides, aunque efectivos en ciertos contextos, deben ser utilizados con precaución debido a los riesgos asociados con su uso prolongado o repetido. A continuación, se detallan las situaciones en las que los corticoides pueden ser recomendados, así como los escenarios donde su uso debe ser limitado o evitado:
- Bloqueos nerviosos periféricos y simpáticos
Los corticoides pueden ser añadidos a los anestésicos locales en ciertos bloqueos nerviosos periféricos. Por ejemplo, en el caso del bloqueo del nervio occipital mayor, utilizado para tratar la cefalea en racimos, los corticoides pueden ayudar a prolongar el alivio del dolor. De manera similar, en los bloqueos ilioinguinal e iliohipogástrico, que se realizan para manejar el dolor postoperatorio tras una hernia, los corticoides pueden reducir la inflamación residual y mejorar los resultados.
Sin embargo, el uso de corticoides en otros bloqueos nerviosos, como los bloqueos simpáticos, en el tratamiento de migrañas, o en inyecciones en puntos gatillo, no está recomendado. Esto se debe a la falta de evidencia que respalde su eficacia adicional y al aumento de riesgos de efectos adversos. En estos casos, los anestésicos locales solos son generalmente suficientes para proporcionar alivio sin los riesgos adicionales asociados con los corticoides.
- Bloqueos de la columna y articulaciones
En procedimientos como las inyecciones en articulaciones facetarias, sacroilíacas y bloqueos neuraxiales (como las epidurales), los corticoides se han utilizado tradicionalmente para potenciar el alivio del dolor que proporcionan los anestésicos locales. Sin embargo, las guías actuales sugieren que los anestésicos locales por sí solos pueden ser suficientes para aliviar el dolor, reduciendo así la necesidad de corticoides y los riesgos que conllevan.
Es crucial que cada caso sea evaluado individualmente por un especialista en Anestesia y Unidad del dolor para determinar si los beneficios potenciales de añadir corticoides superan los riesgos. Esta consideración es especialmente importante en pacientes que requieren inyecciones repetidas o que tienen un mayor riesgo de desarrollar efectos adversos.
Efectos adversos de los corticoides
El uso de corticoides, aunque eficaz para el alivio del dolor a corto plazo, está asociado con varios efectos adversos que pueden afectar la salud del paciente a largo plazo. Estos efectos adversos incluyen:
- Supresión del Eje Hipotálamo-Hipófisis-Adrenal (HPA)
El eje HPA es crucial para la producción de cortisol, una hormona esencial en la respuesta del cuerpo al estrés y en la regulación de la inflamación. El uso prolongado de corticoides puede suprimir este eje, lo que reduce la capacidad del cuerpo para producir cortisol de manera natural. Esta supresión puede llevar a una insuficiencia suprarrenal, una condición que se manifiesta como fatiga extrema, debilidad muscular, pérdida de apetito y, en casos severos, puede ser potencialmente mortal si no se trata adecuadamente.
- Osteoporosis y riesgo de fracturas
Los corticoides tienen un efecto negativo sobre la densidad ósea, lo que incrementa el riesgo de desarrollar osteoporosis. Esto es particularmente preocupante en pacientes con factores de riesgo para la pérdida ósea, como las mujeres postmenopáusicas o las personas de edad avanzada. La osteoporosis inducida por corticoides puede resultar en fracturas vertebrales y otras fracturas óseas, lo que limita severamente la movilidad y la calidad de vida del paciente.
- Aumento del riesgo de infecciones
Los corticoides son inmunosupresores, lo que significa que debilitan el sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a infecciones. Este riesgo es especialmente relevante en pacientes que requieren inyecciones repetidas, donde existe un riesgo de infecciones locales en el sitio de la inyección, así como infecciones sistémicas más graves, como la neumonía.
- Complicaciones neurológicas y vasculares
Las inyecciones de corticoides en áreas cercanas a la columna vertebral pueden estar asociadas con complicaciones neurológicas graves, como el síndrome de cauda equina, una condición que puede resultar en parálisis permanente si no se trata de inmediato. También existe el riesgo de infarto de la médula espinal debido a la embolización de partículas de corticoides o espasmos arteriales inducidos por la inyección.
- Reacciones cutáneas
La inyección de corticoides puede causar reacciones cutáneas adversas, como atrofia cutánea (adelgazamiento de la piel), hipopigmentación (pérdida de color en la piel), y alopecia localizada (pérdida de cabello en la zona de la inyección). Estas reacciones suelen ser el resultado de la acumulación de cristales de corticoides en la piel y los tejidos subyacentes, lo que conduce a la vasoconstricción local y daño tisular.
Ventajas del PRP frente a los corticoides: un ejemplo en el tratamiento de la radiculopatía lumbar
El tratamiento de la radiculopatía lumbar, frecuentemente causada por hernias de disco, ha sido tradicionalmente manejado mediante inyecciones de corticoides, que son conocidos por su capacidad de reducir rápidamente la inflamación y el dolor. Sin embargo, el uso repetido de corticoides está asociado con varios efectos adversos, lo que ha llevado a la exploración de alternativas como el plasma rico en plaquetas (PRP).
Ventajas del PRP:
- Eficacia prolongada: estudios recientes han demostrado que el PRP es más efectivo que los corticoides en el alivio del dolor y la mejora funcional a mediano plazo (6 semanas a 6 meses) en pacientes con radiculopatía lumbar. Mientras que los corticoides ofrecen un alivio rápido pero temporal, el PRP proporciona mejoras continuas, lo que sugiere una mayor eficacia en la regeneración y curación del tejido afectado.
- Reducción del riesgo de efectos adversos: a diferencia de los corticoides, el PRP, al ser un tratamiento autólogo, conlleva un menor riesgo de complicaciones sistémicas, como la supresión del eje HPA y la osteoporosis. Esto lo convierte en una opción más segura, especialmente para pacientes que requieren tratamientos repetidos.
- Promoción de la regeneración tisular: el PRP no solo actúa como un antiinflamatorio, sino que también promueve la regeneración del tejido dañado mediante la liberación de factores de crecimiento y citoquinas, lo que mejora la curación a largo plazo.
- Seguridad en el uso repetido: el PRP puede administrarse repetidamente sin preocupaciones significativas sobre la seguridad, a diferencia de los corticoides, cuyo uso está limitado por el riesgo de efectos adversos acumulativos.
Conclusión
La Medicina regenerativa, particularmente el PRP, ofrece ventajas claras sobre los corticoides en el tratamiento del dolor articular y de espalda, especialmente en casos como la radiculopatía lumbar y el dolor de rodilla. No solo proporciona un alivio del dolor más duradero y efectivo, sino que también minimiza los riesgos asociados con el tratamiento, promoviendo además la regeneración del tejido dañado. Estos beneficios hacen del PRP y de las MSCs opciones terapéuticas superiores para pacientes que buscan un manejo seguro y efectivo del dolor crónico.
Referencias
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