Qué es una microtia y cómo puede tratarse
Escrito por:
Cirujano plástico
Publicado el: 20/06/2019
Editado por: Patricia Fernández Ramos
La microtia es una malformación congénita que consiste en una alteración en el desarrollo del pabellón auricular, conocido también como oreja. La mayoría de las veces no sabemos la causa que lo provoca y casi nunca suele ser un problema hereditario. La manera de presentación es muy variable, afectando sobre todo a varones y suele ser más frecuentemente unilateral.
Aunque microtia quiere decir literalmente "oreja pequeña" no es la manera más frecuente de presentación. En realidad, la malformación de la oreja suele ser tan severa que difícilmente podemos identificar alguna de sus estructuras. De todas las posibles presentaciones, la más frecuente es la llamada microtia lobular pues en ella sí que podemos reconocer el lóbulo.
La microtia no es simplemente un problema estético pues se asocia a muchas otras malformaciones. Lo más frecuente es que coexista con la llamada atresia aural, es decir, una alteración en el desarrollo del oído externo y de la caja del tímpano, condicionando un grado variable de sordera. También es relativamente frecuente que el mismo lado de la cara tenga un déficit en su desarrollo (microsomía hemifacial), por lo que además de aparecer la cara más pequeña, puede tener también alteraciones en la masticación cuando se afecta severamente la mandíbula o incluso presentar alguna forma de parálisis si se afecta el nervio motor de la cara. Raramente la microtia puede asociarse a otros cuadros malformativos mayores que pueden afectar el cráneo u otros órganos del cuerpo. Por lo tanto, todo niño que nace con una microtia debe someterse a una exploración física amplia para identificar y descartar estos problemas asociados.
En esencia, la oreja es una estructura tridimensional que está formada por un esqueleto de cartílago de consistencia elástica rodeado tanto por delante como por detrás por una piel muy fina. Siempre que se pueda los especialistas cirujanos plásticos aconsejamos la reconstrucción autóloga, es decir, aquella en la cual utilizamos los propios tejidos de la persona.
Además de ser un problema estético, la microtia puede asociarse a otras malformaciones tales como sordera y a un déficit en el desarrollo de la cara (microsomía hemifacial)La primera cirugía consiste en construir un nuevo esqueleto para nuestra oreja usando cartílago de la costilla. Aunque es más rígido que el cartílago auricular autóctono, es el único que está presente en suficiente cantidad para poder fabricar nuestro armazón, habitualmente a partir de los 10 años de edad. Por una incisión en el reborde costal inferior se cosechan diversos fragmentos correspondientes a las costillas 6, 7, 8 y 9. Fuera del paciente, y tomando la otra oreja como molde, se van a ir tallando y ensamblando entre sí las diversas piezas hasta conseguir una estructura tridimensional que se asemeje lo máximo posible a la oreja que deseamos.
La última parte de la cirugía consiste en implantar nuestro armazón debajo de la piel en la zona auricular, para lo que previamente se deben extirpar aquellas partes de cartílago embrionario malformados. Al finalizar la cirugía ya podremos reconocer los relieves de la nueva oreja a través de la piel aunque literalmente queda enterrada debajo de ella.
Si todo va bien, a los 6 meses practicaremos la segunda intervención quirúrgica que consiste en separar la oreja de la cabeza y darle la proyección adecuada hacia adelante, recreando el llamado surco retroauricular. En general, esto supone recortar el contorno de la oreja y colocar una nueva pieza de cartílago que actúa como una cuña que eleva y empuja hacia adelante a nuestra estructura. La cara posterior de nuestra nueva oreja debe tapizarse con una cubierta final de nuevos tejidos extraídos al paciente de la zona vecina, como son la fascia de la región temporal y la piel tomada del cuero cabelludo.
Cuando por algún motivo no se puedan utilizar los propios tejidos del paciente para reconstruir la oreja se optará por la llamada reconstrucción aloplástica, es decir, aquella que utiliza materiales sintéticos. Una posibilidad consiste en sustituir el cartílago de la costilla por un material sintético como es el polietileno y cubrirlo con tejidos propios del paciente (reconstrucción aloplástica parcial). Y otra opción radicalmente diferente es utilizar una prótesis externa de silicona fabricada en una ortopedia y que se colocará en la zona auricular ya sea mediante un adhesivo o, lo que queda más estable, a través de unos implantes metálicos osteointegrados (reconstrucción aloplástica total).
Recuperación tras la operación de microtia ¿Cómo es el post-operatorio?
Las operaciones de reconstrucción auricular se realizan bajo anestesia general y con ingreso hospitalario.
La primera operación es la más complicada, dura unas 6 horas de quirófano y supone hasta 4 días de ingreso. Durante el postoperatorio inmediato las principales quejas del paciente son las molestias a nivel costal con los movimientos y la respiración profunda, precisando hasta 1 mes para su recuperación total. En cambio, las molestias en la zona auricular son menores. Es muy importante que el paciente no apoye la zona reconstruida para dormir y que evite aglomeraciones y deportes de contacto las primeras semanas para evitar posibles golpes en la zona. La aplicación de filtro solar sobre las cicatrices evitará su pigmentación.
La segunda cirugía suele durar unas 4 horas y requiere 2 días de ingreso. Comparativamente con la primera es mucho menos dolorosa, aunque tiene un período de curas más prolongado. Efectivamente, la zona de donde se extrae el injerto de piel queda como una herida abierta que puede tardar hasta 2 semanas en curarse. Lo que más agobia al paciente es llevar la oreja tapada durante todo este tiempo hasta que pueda quedar totalmente expuesta.
Resultados de una reconstrucción de orejas
El principal problema derivado de la microtia, considerado como una entidad aislada, es el que tiene que ver con la imagen corporal, es decir, con la autoestima. Los pacientes suelen tener conductas de evitación intentando camuflar su problema ya sea mediante estilos de pelo especiales, ya sea mediante un gorro, diademas, etc… Además, estos problemas pueden acrecentarse por comentarios de los compañeros de colegio cuando inician su etapa escolar. Las conductas de evitación pueden alterar su relación personal y social e incluso su rendimiento escolar.
La reconstrucción de la oreja elimina el estigma de la malformación. El niño va a tener ya 2 orejas y, aunque los resultados no siempre son perfectos puesto que la oreja reconstruida es más rígida y sus relieves son más groseros, he de decir que no conozco ningún niño que se haya reconstruido la oreja que no esté contento con sus resultados.