Cómo detectar el acoso escolar desde la Psicología
Escrito por:Tradicionalmente cuando se hablaba de acoso escolar se hacía referencia principalmente a una dinámica más propia de la adolescencia, a partir de los 12 años. No obstante, en los últimos años se está observando que ya en los cursos de primaria se detectan y aumentan los casos de acoso; incluso ya se comienzan a detectar en la etapa infantil (entorno a los 4-5 años) comportamientos de ataque a compañeros.
Esto nos hace pensar que el acoso, verbal y físico, entre alumnos se puede dar en cualquier franja de edad, pero con características diferentes en cada una de estas etapas.
Los tipos de comportamientos considerados acoso escolar o bullying son:
- Verbal: El más habitual. Insultos, motes, humillaciones, propagación de rumores, mensajes telefónicos o llamadas...
- Social: Exclusión y aislamiento de la víctima, por ejemplo, se la deja fuera de las actividades, como un partido de fútbol en el recreo, en los trabajos de grupo, y/o en actividades fuera de la escuela (fiestas de cumpleaños, salidas).
- Psicológico: Basado en amenazas para provocar miedo, lograr algún objeto o dinero, o para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere.
- Físico: Agresiones directas e indirectas; por ejemplo, producir daño en objetos personales de la víctima.
¿Cómo podemos detectar que un niño sufre acoso escolar?
Son varios los indicadores que nos pueden hacer sospechar que un niño esté sufriendo acoso escolar y, en el polo opuesto, que es un acosador. Todos los adultos que están en contacto con el niño, especialmente educadores y padres, han de estar atentos a cualquier indicio de sospecha.
En muchas ocasiones, los adultos interpretan ciertos comportamientos de violencia como cosas típicas entre niños e incluso rememoran situaciones de su infancia con un “esto siempre ha pasado entre compañeros” o un “es que hoy en día los niños son muy delicados”; no obstante, el acoso es mucho más que “una cosa de niños”.
Bien es cierto, que los conflictos entre iguales son inevitables y podríamos sostener que hasta necesarios para poder crecer y superar situaciones; pero cuando hablamos de acoso nos referimos a un daño moral y físico sostenido en el tiempo hacia una persona por parte de una o varios sujetos.
Los indicadores de la víctima de acoso son:
- Faltas de asistencia a clase, ya sean alternativas o en forma de absentismo grave
- Descenso del rendimiento escolar
- Dificultad de concentración
- Sentimientos de culpa
- Apatía
- Síntomas depresivos o de ansiedad: irritabilidad, insomnio, pesadillas, falta de apetito, problemas gastrointestinales, ahogos, mareos, dolor de cabeza, inquietud, nerviosismo, pesimismo, etc.
- Agresividad, problemas de autocontrol
- Conductas de huida y evitación
- Miedo y síntomas de pánico
- Miedo a estar solo
- Ideas autolíticas
- Aislamiento
- Indefensión
- Negación de los hechos e incongruencias
- Respuestas emocionales extremas, como por ejemplo llanto incontrolado
En el otro extremo de la balanza nos encontramos con los escolares que realizan activamente el acoso o participan de algún modo en el mismo. Los indicadores del acosador son:
- Agresividad verbal y/o física
- Insultos
- Acoso psicológico
- Conducta violenta
- Agresiones contra la propiedad
- Miradas y gestos violentos o de rechazo
- Coacciones
- Amenazas
- Impulsividad
- Abuso de poder
- Abuso sexual
- Grabación de las agresiones
- Acoso por telefónico y/o las redes sociales de Internet
- Aprobación y refuerzo de las conductas de acoso realizadas por otros
- Ignoran o aíslan colectivamente a la víctima.
Técnicas a adoptar ante un caso de acoso escolar
Para hacer frente a este problema es muy importante la actuación del entorno ante situaciones de acoso. Cuando hablamos de entorno hacemos referencia tanto a los adultos (profesores, maestros, psicólogos, pediatras, y miembros de la comunidad escolar) como a los compañeros de la víctima.
En la labor de combatir el acoso escolar se hace imprescindible la creación y la aplicación de protocolos de prevención e intervención en las escuelas. Estos programas van dirigidos a que los propios alumnos sean capaces de detectar cuando son objeto de un acoso o lo es uno de sus compañeros; que aprendan a ser valientes y denuncien y no callen por miedo a las represalias; los niños tienen que sentir que son escuchados ya que los adultos le tienen que proteger y ayudar para que esa situación deje de producirse.
Ciberacoso, ¿cómo evitar que el bullying siga después de clase?
Por desgracia, el ciberacoso también se produce en edades cada vez más tempranas. Los niños acceden a las redes sociales a edades más tempranas por lo que son potenciales víctimas antes incluso de llegar a la adolescencia.
La educación en las aulas y en las casas es fundamental para poder evitar actitudes de ciberacoso. Tanto los padres como los educadores tienen el deber de informar y educar a los niños y jóvenes de los riesgos del uso de las redes sociales y de cómo han de actuar cuando creen que son víctimas de un ciberacoso. Algunos consejos son:
- Es importante que se comuniquen con aquellas personas que conozcan, y que le restrinjan el acceso a la información personal.
- No aceptar invitaciones por Internet de personas desconocidas o bloquear el acceso a aquellas que no le interesen.
- Tener cuidado con los mensajes, fotografías, videos o información personal (direcciones, teléfono…) que publican y con quién la comparten, ya que podría ser utilizada por terceros en su contra.
- Si empiezan a recibir mensajes insultantes o que molesten por su contenido, cortar toda comunicación con esa persona, e informar de ello a la autoridad competente.
- Guardar los mensajes inadecuados para poderlos poner a disposición de la autoridad competente para que actúe si así lo considera oportuno.
- Igualmente, si ven que es otra persona o compañero el que está sufriendo el ciberacoso no participar de él ni cerrar los ojos, avisar a los padres o profesores para frenar el sufrimiento del acosado.
- No fiarse de los regalos o propuestas sospechosas de desconocidos, ni concertar citas con desconocidos.
- No seguirle el juego al acosador. Si se sienten presionados o insultados por alguien no devolverle el golpe o insultarlo, porque sólo de esta forma se consigue alargar el acoso o hacerlo más violento aún.
- Tratar con personas que puedan estar preparadas, ya sea por su edad o por su profesión sobre el asunto, para que den las indicaciones claras sobre los pasos a seguir para frenar el ciberacoso.
- Seguir las orientaciones recibidas por ese experto, y suprimir de la red de contactos a quien no le interese mantener.
- También puede ser útil informar a los proveedores de servicios a través de los cuales se haya sufrido el ciberacoso (compañía de Internet, canal de chat, Facebook, Tuenti, etcétera) de las actuaciones o mensajes inadecuados para que veten dichos contenidos o al usuario acosador si lo consideran oportuno.