Cirugía de tiroides, una intervención necesaria para casos de malignidad

Escrito por:

Dr.Prof. Antonio Martín Duce

Cirujano general

Publicado el: 10/07/2013
Editado por:


Ante un problema en la glándula tiroidea se recurrirá a una cirugía de tiroides solo en determinados casos. Es una intervención que está dando resultados muy satisfactorios y en los que la experiencia del cirujano puede ser clave.

Las enfermedades más comunes relacionadas con la glándula tiroides, órgano con función hormonal situado en la región anterior del cue­llo, son las inflamatorias (tiroiditis), las deriva­das del aumento o descenso de su función hor­monal y las tumoraciones tanto benignas como malignas (nódulos tiroideos). En general, solo se recomendará cirugía de tiroides para aquellos casos de nódulos con crecimiento que provoquen sínto­mas de compresión local o planteen dudas ra­zonables de malignidad, y en los que haya cer­teza de malignidad.

Y ese tratamiento quirúrgico dependerá de la patología a intervenir y podrá consistir en la extirpación de un lado o lóbulo del tiroides, o de la glándula en su totalidad. A grandes rasgos podemos decir que los resultados de la cirugía de tiroides, a medio y largo plazo, de todas las enfermedades tiroideas son muy satisfactorios.

La cirugía es el tratamiento más eficaz en muchas enfermedades de la glándula tiroides
 

Complicaciones de la cirugía tiroidea

Respecto a las complicaciones en el inmediato postoperatorio, la frecuencia de estas enferme­dades y los avances médicos ha conllevado un paulatino descenso de la mortalidad quirúrgica hasta cifras por debajo del 1%. En el peor de los casos, la complicación más grave que puede producirse tras una cirugía tiroidea es una hemo­rragia en la región cervical intervenida que pue­de obligar a una cirugía inmediata para evitar los síntomas de compresión traqueal. En lo que se refiere a la morbilidad, sigue produciéndose una falta de función de los nervios recurrentes, lo que provo­ca un cambio, temporal o definitivo, del timbre de la voz y el descenso de los niveles de calcio por falta de actividad de las glándulas paratiroides.

La aparición de estas complicaciones puede obedecer a varios factores como el tamaño del tiroides, antecedentes de cirugías cervicales pre­vias o la presencia de una lesión maligna. Tam­bién influye  de manera decisiva la experiencia del cirujano en la cirugía de tiroides, pues esa experiencia pue­de reducir hasta en un 50% el número de casos, además de disminuir el tiempo quirúrgico. 

 

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