Ceguera por glaucoma: el 90% podría evitarse con revisiones anuales

Escrito por:

Dr. Ramón Sánchez-Palencia Martí

Oftalmólogo

Publicado el: 29/12/2021
Editado por: Yoel Domínguez Boan


El glaucoma se trata de una enfermedad ocular crónica. Se trata de una alteración en el nervio óptico, con origen en una presión elevada. Sin control, el glaucoma deriva en ceguera, y está considerada como la segunda causa de ceguera en España. No obstante, un diagnóstico temprano evita la pérdida de visión en nueve de cada diez casos. Hoy en día, más de un millón de personas mayores de 40 padecen glaucoma en España. No obstante, una buena parte de ellos no lo sabe, ya que el glaucoma, conocido también como la “enfermedad silenciosa”, ya que se trata de una patología que no muestra sintomatología mientras va se afecta el nervio óptico. La pérdida de visión es gradual e irreversible, que alcanza la ceguera si no se detecta y trata.

Normalmente, la mayor parte de los pacientes no son conscientes de que padecen la enfermedad hasta que la pérdida de visión es importante, por lo que es muy importante someterse a revisiones periódicas. A partir de los 40 años, se recomienda una revisión anual con el oftalmólogo para descartar o diagnosticar a tiempo esta enfermedad.

En la revisión ocular para prevenir el glaucoma se mira la tensión ocular, el campo visual del paciente y el grosor de las fibras del nervio óptico. Estos tres son los principales aspectos que sirven para diagnosticar el glaucoma.

 

Los signos del glaucoma son una reducción del campo visual progresiva

 

¿Cómo son los síntomas del glaucoma?

Los signos del glaucoma son una reducción del campo visual progresiva, que se debe a la presión intraocular. Su causa no está clara, pero se cree que la condición genética y otros factores secundarios, como por ejemplo una miopía importante, pueden favorecer su aparición. No obstante, es una enfermedad complicada de diagnosticar, por lo que un diagnóstico rápido es la principal baza para evitar su avance, ya que es irreversible.

 

 

¿Cómo se trata el glaucoma?

Para detectar el glaucoma se utiliza la tonometría, con la que se comprueba la presión intraocular. Se trata de una prueba muy rápida e indolora, que descarta a los pacientes susceptibles de padecer daño glaucomatoso. Si se detecta hipertensión ocular, se realizarán otro tipo de pruebas diagnósticas que señalarán el estado de la enfermedad, y a partir de entonces se especificará un tratamiento para drenar el avance de la enfermedad en función de cada caso.

Como tal, el objetivo del tratamiento del glaucoma es conservar la visión. La presión intraocular elevada puede tratarse con fármacos, láser o cirugía. Hoy en día existen procedimientos mínimamente invasivos que dan valiosas oportunidades para el control de la presión intraocular. Por otro lado, la esclerotomía profunda no perforante y el implante XEN han mostrado resultados muy positivos en el control de la tensión con riesgos mínimos.

Si desea más información, consulte con un oftalmólogo especialista en glaucoma.

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