Blefaroplastia: una mirada renovada con un enfoque funcional
La blefaroplastia es una intervención que consiste en la mejoría de la zona periocular, específicamente, en la zona de los párpados.
En el párpado superior extirpamos la piel sobrante y, a veces, también el musculo orbicular. Si hay un exceso en la bolsa interna y en el párpado inferior, extirpamos las bolsas o la parte de las bolsas que sobran. Y en ocasiones, también extirpamos piel sobrante para mejorar la tonicidad de este párpado de inferior.
El objetivo de esta cirugía no es solamente estético, sino principalmente funcional. Las personas que tienen un exceso cutáneo, sobre todo en el párpado superior, tienen defectos de visión y pueden alterar a la fisiología del ojo.
¿Qué tipos de pacientes son buenos candidatos para someterse a una blefaroplastia? ¿Cuáles son las condiciones o factores que podrían impedirles realizarse la cirugía?
Son buenos candidatos los pacientes que se noten un exceso de piel y un aspecto cansado.
Lo más importante es que en ese momento no tenga ningún proceso activo en la zona periocular, que no haya un proceso de blefaritis, que no haya un orzuelo. También hay que tener en cuenta cuál es la hidratación del ojo, especialmente en pacientes que tienen el ojo seco, porque a veces esta cirugía puede empeorar esa sensación de sequedad ocular. Entonces, hay que hacer un tratamiento un más intensivo en el postoperatorio para que este ojo sufra lo menos posible.
Después, hay condiciones generales con respecto al estado de salud del paciente, que tiene que ver con si tiene una enfermedad previa o toma alguna medicación que nos impidiera realizar con seguridad este tipo de cirugía.
¿Cuáles son los pasos típicos de una blefaroplastia y qué tipo de anestesia se utiliza durante el procedimiento?
El primer paso es una buena historia clínica y una buena anamnesis. Un buen diálogo del cirujano plástico con el paciente para saber exactamente qué es lo que quiere y qué objetivos podemos conseguir para que sus expectativas se vean cumplidas. Después realizamos siempre una fotografía, que es la manera que nosotros tenemos para objetivar cuál era su situación inicial y cuál es el resultado que obtenemos.
En segundo lugar, calculamos cuál es el exceso cutáneo o cuáles son las bolsas que tenemos que quitar, mediante un marcaje que dibujamos con un rotulador quirúrgico. Después aplicamos crema anestésica (si son pacientes muy sensibles a las agujas) o administramos anestesia local en la zona del párpado superior e inferior; esperamos unos minutos, que es el tiempo que tarda la anestesia en hacer efecto, y procedemos a la cirugía.
Empezamos siempre por los párpados superiores y pasamos los párpados inferiores y, cuando acabamos el procedimiento, tenemos al paciente un rato con frío local para controlar el edema y los morados. Cuando pasan unas horas, el paciente ya puede irse a su casa.
¿Cuáles son los riesgos y complicaciones potenciales asociados con la blefaroplastia y cómo se minimizan esos riesgos?
El procedimiento es mínimamente invasivo, pero siempre pueden existir riesgos en cualquiera de los pasos, como alguna alergia anestésica. Esto es extremadamente raro y los pacientes que son alérgicos a algún tipo de anestesia ya lo saben, de manera que queda recogido en la historia clínica para utilizar la anestesia local adecuada.
En segundo lugar, pueden aparecer efectos secundarios propios de cualquier cirugía (mala cicatrización, un hematoma, una infección, etc.). Todo esto lo minimizamos trabajando en un entorno quirúrgico estéril, aplicando frío y usando, durante la cirugía, un láser o un bisturí eléctrico para cauterizar todos aquellos pequeños vasos y que sangren lo menos posible.
También podemos tener un efecto indeseado con respecto al resultado, por eso, es muy importante tener claras las expectativas del paciente y qué podemos ofrecerles realmente.
Puede existir alguna complicación grave, como el hematoma retrobulbar, pero es extremadamente raro. Sin embargo, hay que tenerlo muy presente en pacientes que tienen alteraciones de la tensión o de la coagulación. En estos casos, se recomienda realizar este tipo de procedimiento en quirófano para minimizar los riesgos.
¿Qué tipo de resultados pueden esperar los pacientes después de una blefaroplastia? ¿Cuánto tiempo se tarda en ver los resultados finales?
Como en cualquier cirugía, los resultados no son inmediatos. Sin embargo, como ya hemos quitado varios milímetros de piel, el paciente se nota que tiene el párpado muchísimo menos pesado.
Durante la primera semana existe cierta inflamación y algún pequeño morado. Normalmente en 10 días ya ha desaparecido, y nosotros empezamos a valorar el resultado final a partir del primer mes, con un resultado definitivo a los seis meses o un año, dependiendo del tipo de procedimiento que hayamos realizado.
¿Existen alternativas no quirúrgicas a la blefaroplastia para tratar problemas estéticos alrededor de los ojos? ¿En qué situaciones se podrían considerar estas alternativas en lugar de una cirugía?
No todo pasa por una cirugía, hay problemas que podemos tratar con láser de CO2 pixelado, como los excesos cutáneos leves. Lo que consigue es un calentamiento del tejido con una retracción.
También podemos utilizar peeling en aquellas pieles que tienen mucha arruga fina o que tienen alteraciones discrómicas.
También podemos utilizar ácido hialurónico en aquellos casos en los que hay un hundimiento localizado en alguna zona.