Ataques de pánico en el transporte público
Cuando tiene lugar un ataque de pánico experimentado por alguien en el transporte público es frecuente la aparición de un miedo intenso o malestar agudo al encontrarse en autobuses, trenes, aviones, coches, metro y/o barcos. Este miedo intenso puede aparecer de forma súbita y se produce desde un estado de calma o desde un estado de ansiedad.
Llega a su máxima expresión en minutos donde la persona experimenta una serie de síntomas como: palpitaciones o taquicardia, sudoración, temblores, opresión en el pecho, dificultad para respirar, sensación de ahogo, náuseas o molestias abdominales, mareo, inestabilidad, aturdimiento, la persona puede incluso desmayarse si la ansiedad es muy aguda, escalofríos o sensación de calor, hormigueo o sensación de entumecimiento (parestesias), sensación de irrealidad o sensación de separarse de una mismo/a, miedo a perder el control, a volverse loco o miedo a morir.
Factores desencadenantes de los ataques de pánico en el transporte público
Lo que da lugar que una persona experimente un ataque de pánico en el transporte público está ligado a pensamientos intrusivos de carácter negativo, lo que en psicología clínica llamamos distorsiones cognitivas e ideas irracionales, que son creencias e interpretaciones de las situaciones con carga negativa que generan malestar y no son adaptativos.
Estos pensamientos están estrechamente ligados con nuestras emociones y con nuestra conducta, por eso es muy frecuente que antes de comenzar a tener una crisis de ansiedad tengamos pensamientos automáticos del tipo “me va a pasar algo malo” “me voy a marear y no voy a poder salir” “quedaré en ridículo” “me voy a desmayar aquí en medio”, en muchas ocasiones, la persona no es consciente de que está generando este tipo de pensamientos, ya que al ser automáticos pueden quedar en el subconsciente.
Frente a este tipo de pensamientos se comienzan a sentir los síntomas fisiológicos de la ansiedad descritos anteriormente, ante la aparición de estos síntomas de ansiedad es normal que la persona comience a tener aún más pensamientos intrusivos desagradables, así van aumentando los síntomas de la ansiedad, lo que da lugar a tener la necesidad de escapar, evitar o vivir con malestar intenso estar en el transporte público.
Existen una serie de factores de riesgo para desarrollar ataques de pánico en el transporte público que son los siguientes:
- Sufrir agorafobia u otras fobias con reacciones intensas de miedo y ansiedad.
- Responder a las crisis de ansiedad con mucho miedo y evitación.
- Haber sufrido eventos estresantes o sucesos traumáticos.
- Historial de aprendizaje, vulnerabilidad y predisposición a tener ansiedad.
- Parientes de primer grado con trastornos de ansiedad.
¿Cómo manejar un ataque de pánico en el transporte público?
Los pacientes que sufren ataques de pánico en el transporte público pueden identificar los síntomas a través de las señales de su cuerpo, ya que de forma general comenzarán a tener taquicardia, sudoración y sensación de ahogo, estos síntomas son lo más comunes y suelen ser los primeros en aparecer.
Cuando aparecen los primeros síntomas psicofisiológicos de la ansiedad es importante que los pacientes acepten esos síntomas y reconozcan que se trata de un ataque de ansiedad, esto les ayudará a entender de que a pesar de que se pasa mal, se acaba pasando en unos minutos.
Para ello es muy útil centrarnos en la respiración, una respiración lenta y controlada ayuda a que los pacientes no comiencen a hiperventilar, se redirija la atención a otro estímulo y los síntomas no se intensifiquen.
¿Existen estrategias de afrontamiento para prevenir los ataques de pánico en el transporte público?
Las técnicas de relajación como la respiración diafragmática es una técnica muy útil para mitigar los ataques de pánico, incluso para poder evitarlos. Así como la aceptación experiencial de las sensaciones fisiológicas de ansiedad.
Es común que los pacientes que sufren ataques de pánico quieren evitar sentir estos síntomas, pero la evitación experiencial, así como la crítica negativa acerca de lo que está ocurriendo genera un aumento de los síntomas fisiológicos y del malestar, aumentando los pensamientos automáticos desagradables y fomentando el patrón de evitación de la situación.
Desafíos psicológicos y emocionales
Uno de los desafíos psicológicos que enfrentan es la evitación de este tipo de transportes, lo que limita a la persona y la puede hacer menos autónoma, así como dependiente de terceras personas. Esto puede generar dificultades en la autoestima, sensación de indefensión, pérdida de control y bajo estado de ánimo.
Consejos para superar el miedo a usar el transporte público tras experimentar un ataque de pánico en ese entorno
Lo más importante es que no eviten el transporte público, ya que aumentará su ansiedad. Cuando evitamos exponernos a una situación que nos genera ansiedad o miedo, automáticamente la ansiedad desaparece y se siente alivio, pero la evitación refuerza el miedo y la ansiedad a largo plazo haciéndola más fuerte y resistente, lo que da lugar a la afirmación de nuestras ideas irracionales, es decir, se refuerza el patrón cognitivo, emocional y conductual de la ansiedad.
Exponerse de forma gradual y progresiva a este tipo de estímulos es una de las claves para romper este patrón y poder ir superando la ansiedad en el transporte público.