Armonización facial para potenciar la belleza natural
¿Qué diferencias existen entre la armonización facial y el rejuvenecimiento facial?
La armonización facial consiste en pequeños retoques que indirectamente mejoran las características del óvalo facial.
Por ejemplo, el tratamiento de proyección de mentón en paciente con mentón retraído va a suponer una mejora o armonización del conjunto facial de forma indirecta, siendo difícil de detectar de donde procede la sensación de mejoría.
El rejuvenecimiento facial es un concepto más amplio que engloba todo tratamiento médico estético que supone mejoría y prevención de los diferentes signos de envejecimiento que van surgiendo en el rostro. Desde líneas de expresión, recuperación de volúmenes perdidos, flacidez, mejoría de la textura y calidad de la piel, en general, entre otros.
¿Cuándo está indicado un tratamiento de armonización facial?
Para saber cuándo está indicada, hay que hacer una valoración dese el punto de vista médico, ya que cada paciente es diferente y se beneficia de un abordaje específico. En este sentido, es importante que el paciente acuda a la consulta de un especialista en Medicina Estética.
Algunos de los tratamientos que, por ejemplo, están directamente implicados en la armonización facial son:
- Proyección de mentón
- Marcación mandibular
- Reposición de pómulos
- Rinomodelación
¿Cómo se realiza?
Una vez realizada la valoración desde el punto de vista médico y aceptado el plan de tratamiento por parte del paciente, se realiza a través de procedimientos no invasivos con incorporación inmediata a la vida diaria, fundamentalmente con ácido hialurónico, gel de relleno biocompatible, no permanente, con el que se realiza la mayoría de tratamientos de armonización facial. El resultado es prácticamente inmediato con un resultado final a los 10-15 días.
¿Cuáles son sus principales beneficios?
Se consigue a través de pequeños cambios un embellecimiento indirecto del rostro, lo que supone una gran satisfacción al paciente con un aumento de su autoestima. Potenciar a través de la armonización la belleza natural de la que partimos, a través de la armonización facial que yo la defino como “el pequeño gran cambio”.