¿Cómo manejar el miedo al fin de la terapia psicológica?

En el transcurso de una terapia psicológica, es común que los pacientes alcancen metas significativas, como reducir los niveles de ansiedad, comprender el papel que juega en sus vidas o aprender estrategias para manejarla de manera más efectiva. Sin embargo, al acercarse al final del proceso terapéutico, es natural que surjan temores relacionados con la posibilidad de que los problemas regresen en el futuro.

Este miedo puede manifestarse en pensamientos como "¿qué sucederá si vuelvo a experimentar lo mismo?" o "no quiero volver a sentirme tan mal como antes". Estos sentimientos son comprensibles, ya que solo el individuo sabe cuánto ha sufrido y cómo esa experiencia puede haber sido debilitante en momentos específicos de su vida.

Si te encuentras en esta etapa de tu terapia y experimentas estos temores, es importante que lo discutas con tu profesional de confianza. Juntos, pueden reflexionar sobre el progreso realizado durante el tiempo en terapia y explorar cómo enfrentar los desafíos futuros.

Es probable que a estas alturas del proceso terapéutico hayas identificado la función subyacente de tu ansiedad y hayas aprendido a relacionarte de manera más saludable con ella. Además, es posible que hayas desarrollado herramientas y recursos para manejarla cuando resurja en el futuro.

¿Los síntomas pueden volver a aparecer?

Ningún profesional puede garantizar que los síntomas no vuelvan a aparecer, ya que el futuro es incierto y las circunstancias de cada individuo son únicas. Sin embargo, lo que sí se puede asegurar es que no estás en el mismo punto de partida en el que te encontrabas al inicio de la terapia. Has recorrido un camino significativo y has adquirido habilidades que pueden servirte de apoyo si la ansiedad vuelve a ser un desafío en el futuro.

Es importante recordar que buscar ayuda nuevamente no significa que no hayas progresado. La ansiedad puede ser un recordatorio de que hay aspectos en tu vida que necesitan atención continua, y buscar apoyo cuando sea necesario es una muestra de fortaleza y autocompasión.

Es normal experimentar miedo y ansiedad al acercarse al final de la terapia psicológica. Sin embargo, es importante recordar el progreso realizado y las herramientas adquiridas durante el proceso. Hablar con tu terapeuta sobre estos temores puede ayudarte a sentirte más seguro y preparado para enfrentar los desafíos futuros con mayor confianza y resiliencia.